Los propietarios de esta vivienda tenían muy claro lo que querían: cambiar su piso de toda la vida por el confort y la eficiencia de una Passivhaus, un salón a doble altura y una fachada de granito. Nosotros les dijimos sin dudar: Sí se puede
La vivienda se desarrolla en dos plantas que se unen mediante una escalera.
El interior, sencillo y funcional, se complementa con los juegos de volúmenes y distintos tonos de granito en la fachada. De esta manera conseguimos una vivienda joven, con un diseño atractivo y de vanguardia y la eficiencia propia del standard Passivhaus.
La funcionalidad de esta vivienda se fundamenta en la diferenciación de los usos diurnos y nocturnos en distintas plantas. La vida, durante el día, se hace en la planta baja, presidida por un salón a doble altura que adquiere aún más calidez con el revestimiento de madera que esconde la escalera y nos ayuda a aprovechar los huecos que ésta deja con armarios de varios tamaños. El comedor también forma parte de este salón y la fluidez está garantizada con una paso directo a la cocina. En esta planta también colocamos una sala de estudio y despacho con acceso directo desde el vestíbulo, y aislada, si se precisa, de visuales y ruidos sobre el resto de la casa.
La planta superior, es un espacio de tranquilidad y descanso donde se encuentran las habitaciones y otra pequeña zona de estudio adosada a las habitaciones de los niños. Éstas, están volcadas a una terraza que además, ofrece la función de cubrir las plazas de aparcamiento que quedan al aire libre.